amoeba

...
Pasó un día de junio en Haight Ashbury ; la tienda mítica, fascinantes ( es como un hangar) , a rebosar de vinilos, discos, posters, camisetas etc; de primera, 3ª o infinita mano. Y todo el mundo por allí, rebuscando, comprando, vendiendo. Un cd que quería, de samog, no lo tenían, así que dejé dirección y mail, y en dos días estaba en casa de mi hermano. Desde entonces , siguen enviándome información al mail. La mayoría los borro, pero de vez en cuando le echo un vistazo y suelo pasar un rato “de viaje”. Jo, si hasta me hacen sentir cosmopolita o entendida en música o participante de aquel espíritu sesentero, tan vivo e irreal allí.