domingo, 24 de febrero de 2008

limonado



Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.

[Miguel Hernández]

Tienes el cielo ganado filliña... ay, no, pienso yo, que el cielo, el cielo deber ser un lugar donde nunca pasa nada; pero lo dicen de corazón...hasta que aparecen unos emails poniéndome " a caer de un burro", de los de ¿libertad? digital y demás compinches; ya cuando tenia el blog pasaban de vez en cuando, qué pesadiños, estos de pijolandia_ neocom, y que atrevida es la ignorancia, eh? abuelo...eso sí, solapadamente- que son ellos muy metafóricos- ejem, me desean hasta las llamas del infierno. Dantesco.
pues vale. A su órdenes.
yo cuando muera quiero estar con mi papá, mi abuela, begoña, michel...y con Miguel Hernandez, por alguna estrella andarán.

ELEGÍA

viernes, 22 de febrero de 2008

el cinismo


(espe aguirre gil de biedma)

dicen que lo importante es saber lo que no te gusta, lo que no quiisieras ser; al fin lo se: esa mujer.O parecida.
qué cosas, yo pipiolita,en los 90, trabajando ; y una compañera recibe una llamada muy misteriosa; le dejó mala cara, le pregunté: ¿te pasa algo?..nada, un familiar lejano de mi marido, bueno, era poeta o algo, la oveja negra, un raro ¿entiendes?, me llamó una sobrina y tal.
pero yo conocía al poeta;me había regalado un libro un noviete -qué cosas regalan los novietes juvineles de San Blas-, a la sobrina cínica_pijolandia, no (ni falta que me hacía ni hace), pero ahora sí entiendo más cosas.

Y la sobrina que se avergonzaba del tío que pasará a la historia (al menos a la de los sensibles y la cultura sin mayuscúlas ni pasarela cibeles), con un algo que ella no tendrá ni aunque se reencarne siete veces), sigue cubriendose de gloria, es lo que tiene el dinero, la pijolandia, y el supermegaguay...bueno, reconozco que no poder llegar a fin de mes, también tiene injundia. Y volver a a inaugurar un hospital privatizado, con el personal medio esclavizado, y que le griten, no la quieran ver allí , y ellos digan que es "agresión", también tiene injundia por x. Una ecuación de 2º grado, vamos.


......
"AMOR MÁS PODEROSO QUE LA VIDA

La misma calidad que el sol de tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.

La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...
[J. G. de Biedma]
in memorian. Contigo sí que daba gusto...y hasta se que falleciste en la sanidad pública, discretamente, de SIDA.Y con mucha dignidad...por supuesto.
un beso al aire, y gracias por los poemas.

jueves, 21 de febrero de 2008

la soledad , de jaime rosales



http://www.labutaca.net/films/54/lasoledad.htm

hubo un momento en que casi apago el dvd, me sentía a punto de llorar, pero no, no lloré, eso sí, al terminar la película sentía algo especial. La sipnosis dice...nada, el feeling es otro.

sábado, 16 de febrero de 2008

electroduendes



Cuando salieron en dvd los programitas de "la bola de cristal", compré casi todos ; la disculpa : mis sobrinos, me parecía una pena que unos niños se pierdan eso, y de paso, los veía yo. El éxito fué rotundo (y eso que a los pobres los acusan de ser vilentos por culpa de los videojuegos ); preguntaban algunas cosas: quién era la dama de hierro y algunas personas que aparécen; el programa es ochentero, pero la idea es genial y de lo más iconoclasta. EL Guionista, Santiago Alba decía: cuando volví a ver la bola me asombré, ¿había es crito yo eso?, pero si era adolescente, estapa pachucho y casi me obligó mi madre. Ahora S. Alba es uno de los de rebelión, ese oasis online vigilado por la CIA...
acabo de poner un dividi que quedó por aquí: la bruja avería de campaña electoral por USA, haciendo apología de virus, bacterias, lo que sea para destruir a la humanidad y terminar gritando: viva el mal! viva el capital! ( eso ya se lo sabe N. desde los dos años, le gustaban mucho los electroduendes; ahora pide a la bruja avería de vez en cuando, lo que no sé es si algún día ha lanzado ese grito en la guardería)
voy a levantarme ipso facto de aquí, que si sigo también salgo a la calle en plan bruja a avería o electroduende: soy un electroduende y nadie me comprende...la, la, la..

http://es.youtube.com/watch?v=kcE41G1XSYM

sábado, 9 de febrero de 2008

modas



Vaneetha, : “Estás viviendo en un cliché, y ni siquiera un cliché nuevo”.
Dwight : “conocer que los clichés son clichés no te ayuda evitarlos. Uno tiene que vivir su experiencia como si nadie la hubiera vivido”.
Ben Kunkel, Indecisión.

A pesar de andar entre escaparates, de los dominicales, etc., no me he enterado aún de que se llevará esta primavera (alternativos, modernos, clásicos…lo que sea ); eso sí, llegó la primavera a la ciudad, lo noté cuando un tipo vestido de motero clásico le dijo al compa, vestido igual , que le hablaba con entusiasmo: mira chaval las bonitas son las mujeres, no las motos. Así me gusta, levantando el ánimo ; la chica con rasgos latinoamericanos que iba detrás y yo, ya andábamos de colorismo primaveral ; ellos debían de estar achicharrandose bajo las chupas, pero mantenían muy bien el tipo. Nos cruzamos, y siguieron su entusiasta charla motera.
Antes, mi amigo A., me había regalado el libro de Kunkel, Mientras terraceabamos al sol mañanero, y eso que mi abuela decía que el sol de marzo es malo para la cabeza, por eso en el pueblo le llamaban “renegridos” a los que salen al campo sin sombrero. Mi abuela era modista y morena; se enorgullecía de su piel sin renegrear cuando era joven. Cuando yo la conocí era una diseñadora que innovaba con cualquier trapito, aunque ella no lo supiese nunca. Con cualquier trapito hacía un “diseño”. Pasando de modas.
Por la noche hablé con J., y al leer a Kunkel tengo la sensación de que las entretelas , el trasfondo de las frases ocurrentes, ya me las habían contado.
Si hubiese alguna teoría que dijese que hay que “matar” a la abuela, a los hermanos, a los amigos A. , para seguir tranquilamente nuestra vida-cliché, no le haría caso, no cabría en mi cliché.

jueves, 7 de febrero de 2008

pequeña historia



Ayer encontré esa foto en internet, me dio una punzada pequeña de nostalgia; viví unos años en una calle de madrid, y una temporada, los domingos , nos despertábamos con el sonido de la trompeta; era una disculpa para bajar a comprar churros. En los comentarios , bajo la foto, alguien aclaraba que ese sonido y esa imagen nos pertenece a muchos, es como parte de nuestra pequeña , nimia, historia personal. Al menos en ciertas zonas de la península.
Ayer era el aniversario de mi padre; me acordé, como todos los años, echándolo de menos , como casi todos los días. Mi madre dijo en la comida : hoy voy a misa, es por papá. ¿por papá?. Espero que al menos no hubiese mítinis en la misa de cuaresma , es algo gracioso, con las pequeñas broncas que llevó él por “el mal ejemplo” que nos daba al no ir a misa. Parvadiñas. Yo ayer echaba de menos a mi padre por no poder charlar con él un rato, escuchando de fondo radio_3; qué poco cambia esa emisora, sin prestarle mucha atención , escuché una tertulia por la noche, cada uno llevaba una canción, y eran voces - algunas- tan conocidas, tan de los tiempos de domingos de churros y cabras. Con ese entusiasmo de: sí, a fulanita yo la vi en Madrid tal año , fue un concierto espantoso, pero la seguí y volví a verla en tal sitio, y traigo el nuevo disco!!, es, es….y se le acababan n los adjetivos.
Larga vida a la cabra, a los churros, a “estar como una cabra” , y a todas esas pequeñas cosas en un día tan azul.

miércoles, 6 de febrero de 2008

revueltas y momentos robados


“MI VIDA EN UN MOMENTO ROBADO
Duluth es una ciudad minera de Minnesota
construida sobre un acantilado rocoso que lleva al lago Superior.
Yo nací allí -mi padre nació allí-,
mi madre procede de la Cordillera del Acero más al norte.
La cordillera del acero es una larga hilera de ciudades mineras
que comienza en los Grandes Rápidos y termina en Eveleth.
Todavía era pequeño cuando nos mudamos a Hibbing para vivir
con los parientes de mi madre.
Hibbing tiene la mina al raso más grande del mundo
Hibbing tiene escuelas, iglesias, abacería y una cárcel,
se juegan partidos de fútbol entre colegios superiores y tiene un cine
Hibbing tiene coches preparados que corren a todo meter
los viernes por la noche.
Hibbing tiene bares en las esquinas con bandas de polka,
puedes ponerte en un extremo de la ciudad en la calle principal
y ver claramente los límites de la ciudad en el otro extremo.
Hibbing es una buena ciudad,
huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15½, 17 y 18 años
fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una
escribí la primera canción para mi madre y la titulé “A mi madre”.
La compuse en quinto grado y el profesor me dio un notable.
Empecé a fumar a los once años y sólo lo dejé una vez
para recobrar el aliento.
No recuerdo que mis padres fueran muy cantarines
al menos no recuerdo haber compartido canciones con ellos.
Más tarde fui a la Universidad de Minnesotta
con una falsa beca que nunca tuve.
Estuve en la clase de ciencias y me suspendieron por negarme a
contemplar cómo muere un conejo.
Me expulsaron de la clase de inglés por poner palabrotas
en un papel describiendo al profesor.
También fracasé en la clase de comunicación por llamar por teléfono
todos los días por decir que no podía ir.
Lo hice bien en español más que nada porque ya lo sabía de antemano.
Para advertirme, me admitieron en un club de estudiantes
me dejaron vivir allí y así lo hice hasta que quisieron que me asociara.
Me mudé por dos noches a un apartamento de dos habitaciones
con dos chicas de Dakota del Sur.
Crucé el puente hacia la calle 14 y me trasladé a una habitación encima
de una librería que también vendía malas hamburguesas,
camisas de baloncesto para sudar y estatuas de perros dogos.
Me enamoré apasionadamente de una actriz que me dio un rodillazo
en las tripas y acabé en la orilla del río Mississippi
con una decena de amigos en una casa ruinosa bajo
el puente de la Avenida Washington al sur de Seven Corners.
Este es más o menos un resumen de mi vida universitaria.
Después hice auto-stop hasta Galveston, Tejas en
cuatro días, tratando de encontrar a un viejo amigo, cuya madre
me abrió la puerta de alambre y me dijo está en el ejército,
cuando se cerró la puerta de la cocina
ya estaba atravesando California -casi en Oregón-
en los bosques encontré una camarera que me recogió
y me dejó en algún lugar de Washington.
Fui bailando todo el camino desde los festivales indios de Gallup,
Nuevo Méjico, al Madri Grass de Nueva Orleans, Louisiana.
Con el pulgar al viento, los ojos adormecidos, el sombrero vuelto
y la cabeza dándome vueltas
vagué a la deriva aprendiendo nuevas lecciones
me fabriqué mi propia depresión,
subí a trenes de carga por divertirme
y fui aporreado por diversión.
Corté césped por veinticinco centavos
y canté por diez.
Hice auto-stop en las autopistas 61-51-75-169-66-22
Gopher Road, la Ruta 40 y la autopista de peaje Howard Johnson.
Me encerraron por sospecha de robo a mano armada,
me arrestaron durante cuatro horas acusado de asesinato
me sacudieron por tener el aspecto que tengo
y nunca hice nada de eso
en algún lugar me tomé el tiempo necesario
para empezar a tocar la guitarra
en algún lugar me tomé el tiempo necesario para aprender a cantar
en algún lugar me tomé el tiempo necesario para aprender a escribir,
pero no me tomé el tiempo necesario para hacer todas esas cosas
cuando me preguntan
por qué y dónde empecé, sacudo la cabeza,
muevo los ojos y me alejo confundido.
De Shreveport llegué a Madison, Wisconsin
en Madison llenamos un Pontiac de cuatro puertas con cinco personas
y salimos disparados hacia el Este y
a las 24 horas todavía íbamos por el Túnel de Hudson
salimos de una tormenta de nieve, dijimos adiós
a los otros tres y seguimos hacia MacDouglas Street
con cinco dólares entre los dos pero no éramos pobres.
Yo tenía mi guitarra y mi armónica para tocar
y él las ropas de su hermano para empeñar
en una semana, él regresó a Madison mientras yo me quedaba para
pasar todo el invierno yendo del Lower East Side
al Gerde’s Folk City.
En mayo, hice auto-stop hacia el Oeste y tomé equivocada la autopista
de Florida, desesperado y cansado me apresuré de vuelta a
Dakota del Sur a costa de mantener despierto todo el día a un conductor
de camión y cantar una noche en Cincinatti.
Visité a un viejo amigo en Sioux Falls y me desanimó
me desgarró e hirió duramente ver lo poco que teníamos que decirnos.
Volví a Kansas, Iowa, Minnesota, visitando a
viejos camaradas y a las chicas de los primeros escarceos y
empecé a darme cuenta de que mi camino y el suyo
eran muy distintos.
Me encontré de nuevo en Nueva York a mediados del
verano, viviendo en la Calle 28 con gente amable,
honesta y muy trabajadora que se portó muy bien conmigo.
Me mencionaron en el “Times” después de tocar en otoño
en el Gerde’s Folk City.
Grabé para la Columbia después de salir en el “Times”
y aún no puedo encontrar tiempo para regresar y ver por qué y dónde
empecé a hacer lo que estoy haciendo.
No puedo decirte quienes influyeron en mí porque fueron demasiados
para mencionarlos a todos y podría olvidar a alguno
y eso no sería justo.
Woody Guthrie, seguro.
Big Joe Williams, claro,
pero, ¿y esas caras que no volvemos a encontrar
y las curvas y las esquinas y los atajos
que se perdieron de vista y quedaron atrás.
Y los discos que sólo oíste una vez,
y el aullido del coyote y el ladrido del perro dogo,
y el maullido del gato y el mugido de la vaca,
y el lamento del pitido del tren?
Abre los ojos y los oídos y quedarás influenciado
y no hay nada que puedas hacer.
Hibbing es una buena ciudad.
Huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15½, 17 y 18 años,
fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una.”
[bob zimmerman]