domingo, 24 de febrero de 2008

limonado



Me tiraste un limón, y tan amargo,
con una mano cálida, y tan pura,
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió la mordedura
de una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.

[Miguel Hernández]

Tienes el cielo ganado filliña... ay, no, pienso yo, que el cielo, el cielo deber ser un lugar donde nunca pasa nada; pero lo dicen de corazón...hasta que aparecen unos emails poniéndome " a caer de un burro", de los de ¿libertad? digital y demás compinches; ya cuando tenia el blog pasaban de vez en cuando, qué pesadiños, estos de pijolandia_ neocom, y que atrevida es la ignorancia, eh? abuelo...eso sí, solapadamente- que son ellos muy metafóricos- ejem, me desean hasta las llamas del infierno. Dantesco.
pues vale. A su órdenes.
yo cuando muera quiero estar con mi papá, mi abuela, begoña, michel...y con Miguel Hernandez, por alguna estrella andarán.

ELEGÍA

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