martes, 29 de abril de 2008

foto moderna



e..aita

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Escucho su voz, se oye lejana; está muy lejos, pero es algún problema de los satélites , de internet o lo que sea. El mal de altura, me canso demasiado, me despisto, noto como si perdiese memoria. Es temporal, ya sabes, digo en plan Florence Nightingale . Me siento una gilipollas. Bueno, te dejo, me está llamando un carpintero, tengo trabajo; luego te escribo. Un beso e…ita.
Y ya se me clava un puñal en el alma, como díría el camarón. El diminutivo ya se lo que significa. Añoranza, sensibilidad, echar de menos. O puede que mal de altura, sí; a tantos metros se tiene menos oxígeno en el cerebro, y en las temporadas débiles se nota más. Tampoco soy tan importante. Tampoco te creas tan importante e…ita.

Me puse nerviosa, era por no llorar; lloro con facilidad, como reír ( es que no fui a colegio de monjas, ni a universidad privada); me puse a sacar cosas del armario, poner una lavadora, música a toda pastilla y llamé para cancelar “ una cita”; eso de cita suena a película antigua, como pretendiente, Muerte en Vencia, que acabé viendo por enésima vez. Antes había escrito un mail como para aburrir hasta a Javier Marías ( no lo digo con 2as intenciones, es por su tipo de prosa). Lo había comenzado a trompicones, como granulado, como esa foto de cuando mi abuela me llevaba hecha una “pitiminí”. La original es en blanco y negro, en el pueblo, de tamaño pequeño, pero eso es una fotocopia ampliadísima. Así está, llena de grano, de granos de arroz, o de papel de embalaje, de ese antiestrés, de explotar, más bien ( de las que le gustan a mátame)
Hoy , cuando encendí la compu, encuentro un mail ya distinto, pero tan tierno como si utilizase el diminutivo. Contesté, otro palizón (pero para eso me hacías trampas jugando a las damas, es la revancha ).
Después, al ojear el periódico, y encontrarme de frente con la foto de un hombre de centroeuropa, un caso morboso, de los que tienen encandilada a mucha gente, lo cerré. Y por poco me enzarzo en una discusión, pero no me controlé, que más da, en unas horas aparecerá otro horor, del que luego, supuestamente nadie sabía nada. Eso sí, no pude evitarlo, algo dije: bueno, el sexo y sus satélites, y saber todo lo que tienen de mental, que yo sepa no se inventó con el destape, ni con los fotologs etc.
Iríamos buenos, si fuese cosa de postomodelnos o lo que sea… si hsta con mal de altura se reproducen, y no tienen problemas de natalidad, ni nada.
Luego, más trade, escucharé su voz…se que hoy me hará reir con alguna anécdota.

1 comentario:

maRia dijo...

Qué bonito texto.
Bonito saber que hay una voz que te hará reir...

Kisiño de la gata errante...