jueves, 17 de abril de 2008

amigo desconocido



foto: él no quería la foto, by E. Ballatore

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A un amigo desconocido

Es como aquel poema de machado, la espinita clavada en el corazón, y cuando la arranca, la echa de menos; o no, es la educación católica,- aunque yo tuviese un toque repúblicano de fondo siempre- la culpa, la falsa compasión, el ay que pena (suspiro), el caso es que no me quito de la cabeza a un amigo desconocido, conocido la noche del viernes pasado, cuando yo iba a trabajar y la calle se llenaba de viernes nuit, se iba precalentando.
Subía la gran vía, hacia la plaza de España; con frecuencia me preguntan cosas, la salida a Pprtugal como se va al aeropuerto…o me piden un cigarro (antes de la ley ya era poco fino fumar por la calle, pero ahora a mi me gusta más, y además lo hago antes de encerrarme en sitio libre de humos). Esperando en un semáforo, el de la carretera provincial, se para a mi lado un chaval muy joven, muy delgado, con rasgos andinos suavizados ; de mi estatura o poquísimo más, con un papel en la mano y mirando a todos lados con cara de perdido; me preguntó por el nombre de una empresa, una obra, algo así. Ni idea, intenté pensar en alguna obra , alguna cosa del ayuntamiento, arreglos de carreteras nocturno, algo. pero sólo se me ocurrió decirle, mira, cruza y pregúntale a los chavales de la gasolinera, ellos pueden saber. Ahora que lo recuerdo, también recuerdo la cara de dos señoras que cruzaban en sentido opuesto, es como si me fueran a decir, a ver si te va a atracar ( si no pensaron eso, lo siento, pero que recelo en los ojos, pordiox!), y hasta noté que se volvieron a mirarnos al notar que yo seguía andando con él y hablando. Nos separamos en el semáforo siguiente, él cruzó hacia la gasolinera y yo seguí. En los escasos metros que anduvimos juntos, notaba que se fijaba en todo: que no conocía la ciudad.
Luego comencé con mis rutinas, pero a ratos me acordaba, encontraría la obra?; estaba claro que alguien le había dado la dirección , que era novísimo aquí.
Y la espina, menuda estoy hecha, que me costaba a mi acompañar al chaval a la gasolinera, preguntar a otra gente, hacer alguna llamada por mi móvil, aunque llegase un poco tarde al trabajo ( hay mucha más gente allí, y otras veces se avisa: llego un poco tarde), pero no, a lo mío. (y escuchando a cada rato: claro, quitan el trabajo, vienen a urg….). Los días así me dan unas ganas tremendas de forrar las vallas de la plaza de España de fotos de los murales de diego rivera, aquellos del zócalo: los españoles guarros, esmirriados, soberbios, asquerosos , y moztezuma y los demás de tez lustrosa, humildes , dignos…entregando el oro. Bueno, dejaría los de malevaje...
Me parece que alguien está muy enfadada conmigo porque le dije que vivÍa en pijolandia-nuevos ricos, hablando de este tema; me suelta que se tienen que ir a su país, que encima bla, bla… (y es hija de emigrantes) ; sólo le faltó decir que no visten a la moda.
Hoy llegó la revista de MSF, y aunque fran está en danfur, y muchas otras cosas, me dieron ganas de darme de baja inmediatamente, mucho ser socia de una ONG y luego no soy capaz de cruzar a la gasolinera con él, con una persona perdida en una ciudad agresiva; y además, lo imagino levantando bloques más grandes que él, y un capataz bronco, bien español, llamándole flojo.
La culpa la tiene mi madre por enseñarme el poema de machado en la infancia.
Pero te dedico una canción, amigo desconocido, y te deseo lo mejor.

1 comentario:

Marcelo dijo...

Qué belleza de texto! A veces me da mucha tristeza cuando sé de noticias así en España. Y no porque no ocurra aquí, porque también una persona de rasgos andinos podría ser sospechada de algo en Buenos Aires. Lo que es peor, si caemos en la cuenta que son los verdaderos dueños de la tierra y nosotros, los hijos de quienes los despojaron...
En tu tristeza hay belleza!